Por la recuperación de Haití
La tragedia de Haití nos afecta a todos. Pero los que tenemos al Urbanismo, por vocación o criterio, como el campo de creación de la obra humana por excelencia, sabemos que él se arraiga en la voluntad de convivencia en el hábitat humano, con factores de bienestar y seguridad.
Igualmente, que las catástrofes naturales y las causadas por el hombre, han servido siempre para la prevención y la mitigación de los peligros de eventos semejantes, en condiciones que mejoren la calidad de vida en el hábitat urbano.
Con ese breve contexto, el presente es un llamamiento a todos los que creen que el Urbanismo puede prestar su concurso a la recuperación de Haití. Esta convocatoria no es prematura, hay que evitar improvisaciones; éstas se hacen pronto pies forzados que perjudican, irremediablemente, a las soluciones integrales y armónicas.
Se trata de que todas las personas con diferente participación en la creación y desarrollo de las ciudades, tomando muy bien en cuenta el parecer, sentimientos y motivaciones del habitante urbano, en este caso el de Haití, contribuyan con ideas sobre cómo, en diferentes plazos y desde un principio, se debería encarar el problema urbanístico, sobre todo de Puerto Príncipe.
Sin que este llamado vaya a ser exhaustivo, se solicita el concurso de arquitectos, ingenieros de diferentes disciplinas, geólogos, climatólogos, geógrafos, ambientalistas, trabajadores sociales, viviendistas, economistas urbanos, salubristas, sociólogos, antropólogos, comunicadores. Así, a los que lean esta convocatoria se les solicita difundirla en diferentes ámbitos profesionales.
Que esto se trate de ‘Urbanistas sin Fronteras’, abierto a todos y sin ningún criterio excluyente; también, sin protagonismos. Ya se verá cómo, y valen las sugerencias, se transmitiría las ideas que se vaya recibiendo, en forma ordenada, al Gobierno haitiano.
Quizá sería interesante que se cree un centro de documentación, no sólo para recibir ese aporte, sino también para reunir la información necesaria sobre geografía, cartografía, clima, uso del suelo, demografía, y todo el conjunto de información indispensable en el Urbanismo.
Tal vez también se pueda formar un grupo de profesionales voluntarios haitianos y extranjeros que, sobre el terreno, puedan acopiar ideas e información. Sería de una enorme ventaja iniciar muy pronto actividades de ese tipo. Serían de gran ayuda al Gobierno haitiano y a la cooperación extranjera e internacional.
Los urbanistas deberían preocuparse del conjunto. Aún en la desgracia, se trata de aprovechar las circunstancias para crear un hábitat urbano que, tomando en cuenta factores como el asoleamiento y la dirección de los vientos, dé bienestar a sus habitantes, por la orientación, dimensión y funcionalidad de las viviendas, y por las características de la vialidad.
Los criterios fundamentales que se debería establecer se refieren a que, entre otras posibilidades: si Puerto Príncipe se debe rehacer en el mismo lugar; si se debe estructurar una ‘nueva ciudad’ en una sola aglomeración o en un conjunto de ciudades, en relativa dispersión.
Es de la mayor importancia conocer la opinión de los haitianos y de quienes han estado en Haití. Además, es imprescidible la opinión técnica, que la deben dar los geólogos, ambientalistas, climatólogos, expertos en vialidad y transporte, expertos en equipamiento urbano, los arquitectos expertos en vivienda, entre otros.
Divulgue y aporte con ideas.
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La diversidad de posibilidades para la recuperación urbanística de Haití, sobre los criterios esenciales para encarar las consecuencias del desastre (como se puede ver en Algo de información), se puede demostrar con ocho modelos básicos, que propone la siguiente encuesta abierta, para ilustrar sobre las posibles posiciones entre las que el gobierno haitiano podría elegir, considerando que el resultado de la encuesta es meramente indicativo de la opinión de un limitado número de personas.
Urbanismo en Haití 